domingo, 13 de mayo de 2012

Caminos de ida pero no de vuelta.

Todo empieza. Aceleras. Piensas que todo es recto,y derrepente llega una curva. Giras con algún problema,y según sales de ella alguien te dice que bajes de velocidad,lo haces,sino te pasará factura. Y vuelves a ir acelerando poco a poco,pero ya no piensas que todo va recto. Encuentras otra curva,que superas con menos problemas que la anterior,y vuelves a tomar el camino. Cuando piensas que ya sabes donde está cada curva,crees que nadie te puede frenar,aparece la curva más grande de todas,es como algo interminable,y según sales de ella no hay ningún camino liso,que va,hay muchos baches,y coges carrerilla y arriba y abajo,siempre subes para volver a bajar,todo el rato. Y cuando piensas que ya el camino se basará en eso,aparece alguien que te dice que frenes. Que eches el freno,que no por eso vas a llegar más tarde. Y te quedas ahí parada,pensando en si retomar todo otra vez o quedarte,aunque sabes que algún día vas a tener que retomar el camino. ¿Pero sabes qué? Que ya sabes el secreto de esa carretera,el secreto está en frenar las veces que necesites,tomarte un respiro,no tomarte todas las curvas en serio,ni las rectas a broma,disfrutar de los paisajes,y te das cuenta de que no hay ninguno igual,los hay más bonitos que otros,pero siempre diferentes. Aprendes a manejar la situación,y sólo ahí,decides seguir con tu camino,pasando túneles y sin mirar por el retrovisor. Dejas tantas cosas atrás... pero qué más dá,si la meta está delante tuya. Tú sólo sigue,y sigue,y frena,pero no te olvides de volver a seguir. Y todo eso es la vida,siempre hacia delante,siempre.

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