lunes, 4 de febrero de 2013

No me verás pedir ayuda ni estando en la mierda.

Puede llegar a doler mucho echar de menos. Puede llegar a doler tanto que quemarías todo hasta contigo dentro con tal de que se acabe. Abre heridas,supuestas "cicatrices" que igual no estaban tan cicatrizadas... Y echas de menos cada segundo,cada minuto y cada día. Cada día que pasa te parece interminable,y las semanas son como siglos... Si ya había mucha mierda en un día antes, imagínate ahora, esa mierda no se acaba,se hace larga. Pero ya no queda otra que intentar evadirte del mundo cada día un poco más,hasta llegar a ser tú sola frente a todo y todos. Y es que ya nadie me va a devolver las lágrimas de los días duros,ni las rayadas de los domingos,ni las noches con la cabeza apunto de explotar porque no entiende, porque no vuelves, porque te has ido, porque se hunde... Tampoco me van a devolver los minutos en los que no sonrío,ni los nudos de garganta por echarte en falta,ni las ojeras, ni las ganas de no levantarse,¿sabes? Nadie va a hacerlo. Y las veces que he hablando con el folio,a veces pidiéndole que por favor nunca hable y otras pidiendo a gritos que me salve porque el conoce hasta la puta forma de hacerlo. Es increíble como duele echar de menos,a alguien, a algo, a personas importantes, a sonrisas, al pasado,a la vida.

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