martes, 28 de mayo de 2013

Mirar a lo lejos

Lo que duele es conseguir lo que buscas y perderlo después, llegar a creernos que de verdad hay alguien que va a estar siempre ahí que no seamos nosotros mismos. No nos damos cuenta de que los caminos siempre se separan, porque empezaron siendo diferentes y acabarán siendo diferentes... No podemos vivir esperando que alguien nos espere, nos espere desde el puto punto en el que nuestros caminos se cruzan para que podamos avanzar y retroceder cuando queramos, volver ahí a echar un vistazo. Hay roces de caminos que pasan desapercibidos, otros se cruzan de golpe y llegan a hacer daño, otros duran kilómetros y otros simplemente se juntan muchísimo durante unos pocos metros. Todos son roces diferentes, ninguno se parece al anterior. Y pretendemos seguir buscando a la persona que pasó con nosotros un poquito del viaje, sin querer darnos cuenta que hay más paradas, diferentes estaciones, o descansos.
Por naturaleza, el ser humano siempre busca el pasado, es como si el futuro le aterrase, siempre estamos pendientes de lo que ya sucedió. Y hoy puedo decir que vivir del pasado no garantiza un futuro, y yo no acabo aquí.