viernes, 2 de enero de 2015

Te deseo lo mejor aunque ya me lo hayas dado

Necesito verte.
Necesito tenerte y volver a acariciarte.
Volver a sentir que te necesito,
y que el cielo es nuestro.
Necesito que vengas como tantas otras tardes,
que me agarres la mano
y simplemente sonrías,
porque el mundo es una mierda pero ahí me tienes.

No quiero palabras,
simplemente que estés.

Creo que
me he dado cuenta de que eso es lo que realmente necesito.

Mientras paseaba por la calle
mi mano no dejaba de exigir la tuya,
mis pasos ahora no siguen un ritmo fijo,
mi mirada
pide a gritos unos ojos como los tuyos sobre los que posarse.

Y yo...
Yo no me canso de decirles que no esperen,
que no pienso dar vuelta atrás a por ti.
Que las decisiones y las acciones
se asumen con todo lo que venga.
Que, eso, es lo que nos hace valientes
a todos aquellos que alguna vez nos hemos atrevido
a ir en contra del corazón
por no habernos atrevido a otras tantas cosas.

Tú, que ya no bailas conmigo,
vuelvo a escribirte.
Esta vez lo hago
por si quieres re-conocerme.
Vengo a decirte que he cambiado.

¿Te acuerdas cuando me decías que yo era primavera?
(Y yo sonreía llenándote de flores...)
Pues me he quedado con todos tus inviernos en el pecho.
Se me han clavado.
Y parezco una estúpida esperando a que llegue un otoño
que haga que todas tus hojas
se caigan de mi.

Odio que ahora sea el frío el que me haga temblar.
Y odio tus recuerdos
que me pierden hasta hacerme sentir perdedora
de una batalla que,
como tú dijiste,
he ganado.

Te he ganado de muchas maneras,
pero jamás me digas que he ganado
a esa sonrisa de niño que se te ponía
cada vez que me decías
“pero te quiero”.

Jamás debiste haber dado por terminado
el camino de tus manos por mi espalda.
Jamás debiste haber dado por vencido a tu corazón
en eso de sentir...

Gracias por haberlo intentado.
Por haberte quedado siempre esperando
a que fuese yo la que me marchase.

Siento todo el daño que hemos pasado
como una puñalada en las costillas.
Espero que hayas aprendido.

Al igual que espero,
que seas feliz lejos de mí.
Te deseo lo mejor aunque ya me lo hayas dado.
Te deseo, siempre, aunque ya no quiera luchar por ti.

Recuerda siempre que vivir es arriesgarse
a que de un momento a otro,
todo se pueda ir a la mierda.
Y arriésgate.
Hazlo por mi pero que no sea por mi.
Espero que lo entiendas,
que me entiendas,
y que no seas como la mayoría,
y te entiendas a ti también.

Creo que por el final,
has sido capaz de reconocerme...
Aunque siempre tendremos un final pendiente.
No lo olvides.
No me olvides...
No te olvides.

No hay comentarios:

Publicar un comentario