miércoles, 25 de febrero de 2015

Días tristes



Días tristes
sirven para recordarte.
Para admirar con tristeza
toda la felicidad que sufrimos.
Para llorar cada una de las alegrías
que nos hicieron ser juntos.

Días tristes
me hacen buscar motivos
por los cuales te quise,
te quiero
(y te querré siempre);
me hacen encontrarlos,
cogerlos con el corazón
y suplicarles un doloroso
"no te vayas nunca".
Puedo estar tranquila,
ellos nunca se van a ir,
ellos se quedan en forma de puñaladas en el corazón,
en forma de nudos de garganta,
en forma de dolor.
Ellos se quedan
conmigo.

Siempre estuve segura de que nunca podrías llevártelo todo.

Nunca me dejarías sola
porque eso, decías, lo hacen los cobardes.
No lo has hecho.
El dolor de por las noches es tuyo.
Mis letras son tuyas,
y, probablemente,
mi corazón también lo sea.
Por ahora.

Has ganado la batalla de la que te creías vencido.


martes, 17 de febrero de 2015

Collapse

Nunca has podido pasar página.
Nunca has querido,
nunca has tenido el valor para hacerlo.
Nunca has encontrado motivos,
ni personas, ni palabras.
Es probable que tú también andes perdido.

Es el libro, la historia, el capítulo
de siempre.
Todo llega tan rápido como se va,
cualquier final es tan impredecible como un principio.

Lo tienes todo,
encuentras a alguien que te quiere,
que te cuida, que te sonríe,
que es feliz cuando te ríes,
cuyas palabras siempre sirven de salida de cualquier túnel.
Que siempre sabe cómo mirarte...
Entonces lo pierdes.Y nunca nadie te vuelve a mirar de esa forma.
No llores,
quizás eres tú quien no se deja mirar
porque no son esos ojos los que buscas
o porque te has quedado encerrado en un pasado que te ahoga.
Porque a veces los pasados son eso:
cárceles,
naufragios,
heridas incurables,
penas (de muerte).

Pues sal de ahí,
tú no cumples ninguna condena,
y posiblemente nunca te montarías en un barco.

Rompe con todo.
Rompe contigo.
Con todo aquello que fuiste y que hoy no quieres ser.
Con todo lo que tuviste y hoy no tienes.

Todo vendrá...
Créeme.
Acabará llegando un tren sin posibilidad de hundimiento,
y recordarás tu miedo a montar en barcos,
miedo a la deriva o a tocar fondo,
pero ese miedo ya no existirá.

A todos nos gusta dejarnos llevar por las olas,
pero simplemente
a veces no merece la pena.