Suena tonto pero simplemente
quiero escribir las razones por las que estoy escribiendo esto. Cada
vez hay más personas que no se quieren a sí mismas, y parecer que
la mayoría son mujeres. No creo que el problema esté en no quererse
sino en no valorarse: valórate y todos los problemas desaparecerán.
Qué sencillo queda decirlo, lo se. Pero no hacemos nada con palabras
que no adquieren significado porque no se entienden. Y yo soy la
primera que no las ha entendido y que no he sabido valorarme. Yo se
lo que es llegar a no saber lo que odias de ti para hacerte tanto
daño a ti misma. Creo que yo no entendía lo que me decían porque
sentía que eran ellos los que no me entendían a mi.
Una vez un profesor dijo en una
clase que vivimos siempre persiguiendo algo. Inventamos utopías que
parecen imposibles, que son imposibles, pero sin las que no podríamos
vivir. Si por alguna remota casualidad consiguiéramos ese “paraíso”
nos inventaríamos otro, creeríamos que es aún mejor que lo que
tenemos y, cómo no, acabaríamos odiando lo que antes tanto
ansiábamos. Yo creo que lo que nadie nunca logró entender era
precisamente eso, y es que yo estaba llena de complejos, llena de
cosas que quería cambiar de mí pero que justo cuando conseguía
cambiarlas, zas, aparecían otras nuevas. Digamos que vivía una
permanente lucha por ser lo que yo creía “perfecta”.
Me acuerdo de cuando me dijeron
que por qué me empeñaba en cambiar. Que por qué no me quería
cuando tenía todo a favor para hacerlo: 18 años, una familia que me
cuida, unos amigos estupendos, destacaba en los estudios… Y lo
único que saqué en claro de esa conversación es que todavía debo
alguna respuesta, aunque no confío en encontrarla.
También me dijeron hace poco que
hay cosas que las ves y las ves y las ves y no las entiendes, hasta
que un día las ves y sin saber cómo dices “ahora lo entiendo
todo”. Y no sabes si sentirte la reina del mundo por ello o la
persona más tonta que existe por no haberlo conseguido antes. Aunque
yo creo que da igual cuándo, lo importante es hacerlo antes de que
se te pase la vida.
¿Y sabes lo que siempre veía y
nunca entendía? Que soy mucho más que un físico. Que soy mujer,
hija, hermana, prima, sobrina, amiga. Soy joven (y bonita), y soy
independiente. Soy un expediente acojonante, y tengo un futuro
prometedor. Soy la primavera que dice mi madre que le traje en 1997.
Soy todas las canciones que canto en la ducha y también las que
bailo como loca y me hacen llegar tarde a todos lados. Soy todos los
desastres que he montado por querer hacer veinte cosas al mismo
tiempo. Soy todas las excusas tontas para celebrar algo que
desesperan a mi madre. Soy mucho más que un número en cualquier
parte de mi cuerpo. Soy fuerte y siempre lo he sido, pero es que
ahora lo entiendo todo. Y sólo espero que algún día tú también seas capaz de entenderlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario