Cuando estabas cerca el mundo era
distinto. Todos los días parecían viernes y todas las horas eran la hora de la
merienda. ¿Eso significa ser feliz? No lo sé. De lo único que estoy segura es de
que la vida era un poquito menos triste cuando iba de tu mano. Porque cuando
estabas tú mis miedos no tenían espacio. Y yo sólo quería correr, bailar,
gritarte que te quería… Nunca fui tan libre como a tu lado. Porque me metiste
en tu jaula y allí podía hacer lo que me daba la gana. Todo parecía más fácil. Desde
que no estás no soy infeliz, pero sí un poquito más triste. Porque sigo siendo
libre pero a veces me quedo quieta y solamente me resigno a lo que viene. Creo que
fue desde el día en que me dijiste que eras experto en destrozar lo que te
importaba. Y entonces abriste la jaula y me pediste que saliera. Ni si quiera
quisiste escuchar que yo era feliz allí. Yo tampoco lo dije. Simplemente salí
y, bueno, a veces pienso que el mundo de ahí fuera está un poco triste porque
tú no estás. Yo a veces también estoy un poco triste porque tú no estás. Y sigo teniendo ganas de gritarte que te quería y que seguramente todavía te quiero. Pero, ¿podrías oírlo ahora que yo estoy tan lejos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario