lunes, 18 de marzo de 2013

Cuando vuelva las cosas serán distintas.

A veces tengo miedo de irme. A veces pienso en lo que pierdo y me tiembla todo el cuerpo... Pensar en los secretos con mi hermana, en las noches de los sábados con los tacones en la mano porrque los pies empiezan a doler, las tardes de los viernes con mi grupo, las conversaciones con hermanas no de sangre pero sí de corazón en parques... La plazoleta de mi pueblo con aquellos bancos, el río de los veranos. Las noches con mis mejores amigas en las que no se dormía hasta las 7 de la mañana. Las reuniones familiares, que alguien me diga "cuánto has crecido chiquitina", el olor de esa colonia que usaba mi abuela... Las casualidades con mi alma gemela, con la persona que más me quiso. Las veces que fui en contra de todo y todos. Las noches que pasé sola y las noches que pasé más sola aún pensando en qué estaría haciendo la persona que mejor se portó conmigo, en cuándo nos veríamos... La de veces que pensé en si me echabas de menos y en mi cabeza sólo se oía un eco que decía "no", aún sin saberlo, porque nunca quise saber la respuesta... Las veces que rompí a llorar con mi amiga de toda la vida porque en mi garganta había un nudo tan grande que me ahogaba. Las llamadas a mi prima para decirle que estaba harta de mi casa, que si podía ir a dormir a la suya. Los deseos que pedí a las dos estrellas fugaces que vi no hace mucho. Las tardes en casa de mis vecinos jugando a ser mayor. El desorden de mi habitación y de mi vida, se queda aquí. A veces tengo miedo de querer volver y que nadie me recuerde o qué sé yo. Parece que estoy preparando una huída por la única salida que estoy viendo. Parezco una cobarde queriendo huir de todo, pero los cobardes no tienen los huevos de irse dejando todo lo que tienen al otro lado de las vías.